El escenario que le tocó era una mansión lujosa, se hallaba frente a un gran salón en donde al frente estaban unas anchas y alfombradas escaleras que llevaban a los pisos de arriba. Tras unos minutos expectantes en que concluyó en que estaba sólo, rememoró de nuevo el mapa. Como si de una imagen se tratara Karma recordó hasta el último pasadizo, la última puerta y hasta los últimos escondrijos.
Subió las escaleras con velocidad y sigilo, percibe una vibración en el piso y procede a ocultarse en una esquina. Dos guardaespaldas, ambos cuidaban una puerta elegante de caoba, los dos eran fornidos y de no haber tenido el cuidado de tener silencio desde un principio probablemente hubiera sido detectado.
Karma suspira y cierra los ojos mientras se recarga en la pared, podría darles una paliza y divertirse un rato viendo la frustración de ser derrotado por un novato en la cara de dos profesionales, pero de hacerlo el ruido llamaría la atención de los alrededores, atrayendo a más guardias, y quizás hasta resguarden y oculten el objetivo. No es conveniente, no es inteligente, no es lo que haría un asesino, un shinigami.
Ni mucho menos Nagisa.
Un ruido llama la atención de ambos guardias, se hacen señas entre ambos, uno decide acercarse mientras que el otro le vigila desde atrás. Gira en la esquina y lo único que encuentra es un florero caído probable causa del ruido, cuando se voltea a decirle a su compañero que no era nada, no está.
Se alarma, no hay rastro o señales de él. Impulsado por la experiencia saca su arma y una radio con la que contactaría al resto del personal, pero sin percatarse del individuo que se aferraba al techo. Karma cae en un golpe limpio contra la cabeza del hombre, dejándolo inconsciente en el acto.
Sin celebrar o reírse, rápidamente se dispone a tomar de los brazos al adulto y arrastrarlo a un armario de limpieza en donde se encontraba desmayado su otro compañero. Su primer obstáculo fue simple y lo dominó por completo, pero aún así no bajaba la guardia, y se concentraba en apegarse a la estrategia que había maquinado.
Ahora mismo estaba usando su mayor ventaja, su fuerza bruta y velocidad. Lograba dejar nocaut a cuanto guardia encontraba sin llamar la atención ni darle el tiempo de llamar refuerzos, le tomó un poco de tiempo llegar al sitio que quería, la platabanda de la mansión, en donde su objetivo pasaba más tiempo. Tras dejar inconscientes a otros dos guardias la encontró, una joven más baja que él, con sus coletas lilas balanceándose en sus hombros y un vestido de verano suelto de color blanco.
Estaba tomando un té mientras revisaba su celular distraídamente, sin darse cuenta de su presencia ni nada. Se veía vulnerable, despistada y ajena. Sólo clavarle el cuchillo seleccionado para la prueba bastaría.
Una presa fácil.
Pero Karma ya no lo pensaba, ni siquiera se replanteaba de nuevo porque la escogieron para ser su presa, ni recordaba que eso era una prueba, ya nada de eso ocupaba su mente. En ese momento era real, eso era un asesinato y él un asesino.
Ella miraba sus redes sociales mientras balanceaba sus pies hacia adelante y atrás. Y aunque no era necesario pues su objetivo ya tenía la guardia baja, esperó, durante varios minutos, buscando el momento idóneo. Y el viento se lo permitió cuando sopló con fuerza hasta tumbar una maceta que estaba al otro lado y llamó la atención de la chica, Karma se impulsó con sus piernas y saltó sobre ella por detrás.
Era el momento perfecto con los movimientos correctos, más sin embargo no se esperó eso. Durante los pocos segundos en que estaba en el aire contra su objetivo, esa chica, le miró de reojo y le sonrió. Sabía entonces que fue atrapado.
Su mano fue tomada bruscamente y torcida para luego ser arrojado contra el suelo. La fuerza de esa chica era inmensa, más que la de él, podría incluso compararla con la de su abuela. Su mirada azulada brillaba como depredador produciéndole un sentimiento en el cuerpo que reconocía.
Aún viéndolo en el monitor Nagisa no podía creerlo. Nadie nunca había reducido a Karma de esa forma con fuerza.
—Una yato…—Decía incrédulo bajo la mirada de Lovro.
—Ritsu es una colega de mis años de novato, aunque no fue hasta hace poco que me enteré de su origen, cuando le hablé sobre Karma…—Explica, desviando la mirada ya habiendo visto suficiente—tiene muchos años de experiencia siendo el objetivo de muchos hasta el punto de saber cuándo es acechada, era previsible el resultado. Está reprobado, pero tu demonio lo hizo mejor de lo que esperaba, así que podría…
—Se equivoca…—Nagisa lo detiene llamando su atención. Lovro lo mira arqueando la ceja, y entonces ve su expresión de asombro con algo de alegría—debería ver esto…
—Eh… debí suponer que eras especial si te pusieron como mi presa…—La chica observa la sonrisa de Karma debajo de ella y no puede evitar devolver el gesto cuando se da cuenta.
—Cuando supe que un familiar lejano estaba tomando la prueba no pude evitar venir y darle la lata un poco, pero…—Suspira con decepción con la mirada de Karma encima—que pena, de verdad esperaba un poco de pelea, llevo mucho tiempo sin un buen combate ¿Sabes?
Karma ríe.
—Lo siento, pero de todos los días hoy era el único en donde no puedo estar jugando…—su brazo libre mostró un cuchillo bañado en pintura roja, pintura que había dejado una mancha en forma de línea delgada en el cuello blanco de la chica.
El asombro no cabía en el rostro de Lovro y Nagisa contenía el júbilo en su pecho.
—Ella ya estaba muerta antes de defenderse—Dice, y le dedica una sonrisa a su antiguo tutor—él pasó tu prueba por completo.
El adulto le mira, algo de reproche aparece en su mirada debido a que el mocoso calló cualquier queja que pudiera tener. Sólo sonríe con resignación.
—Maldito demonio…
ww, impresionante, con esos dos capitulos seguidos, es asombrosa la forma que en este fic karma se concentra, ya la había matado